domingo, 17 de agosto de 2008

1. Noticias de un chantaje III

Descruzó las piernas. No llevaba bragas. Gracias a Dios los pliegues de carne que caían de sus piernas impidieron que viera algo más allá de las rodillas.

 Jess es un amigo. Un buen amigo. Solo un amigo, se lo juro por la salud de mi hijo. Soy una persona sociable e inquieta a la que le gusta conocer gente. Una de mis aficiones es cartearme con gente de todo el país. Ya sabe, contestar a esos anuncios que aparecen en los periódicos. En esa sección donde almas solitarias buscan almas solitarias para hacerse compañía. Siempre me había reído de esas personas y leía los anuncios con mis amigas para pasar un buen rato viendo lo cursi que pueden llegar a ser las personas solas. Sin embargo, cuando estaba a solas y sentía que este mundo no me comprendía, me leía esos mensajes con otros ojos. Ya no eran cursis, sr. Cooper, eran oasis de sensibilidad. En aquellos días vivía inmersa en una depresión que parecía no tener fin. En aquellos momentos era cuando más necesitaba contar con un amigo, pero a mi alrededor solo encontraba personas que me habían decepcionado. Sí, tenía amigas, pero ya sabe como somos las mujeres, aprovechamos la menos oportunidad para clavarnos un puñal si una lleva un color de uñas que no va a juego con el bolso… Buscada de forma desesperada a alguien en quien pudiera confiar. El ambiente en el trabajo era irrespirable y el ambiente familiar... Mejor no hablar de ello…

"Un día vi un anuncio que me llamó la atención. Era un hombre que solo buscaba una amiga con la que habla. Y esa amiga que buscaba se correspondía por completo a mi descripción. Una persona inteligente, culta, sensible, atractiva, que le gustara vivir la vida al máximo, las puestas de sol y la comida italiana. Y escribí. E inicié una amistad maravillosa con ese hombre. Y encontrar a esta bella persona hizo que me abriera a otros anuncios e inicié amistad con muchas de esas personas.

 ¿Solo con hombres?
 Dió esa casualidad. No era lo que pretendía, se lo juro por la salud de mi hijo. Llegó un momento que cada día recibía una carta y cada día escribía yo una. Cartas y más cartas llegaban a mis manos. Y lo único que podía hacer era escribir y escribir y escribir.
 ¿Recibía las cartas en casa?
 No, en mi oficina.
 ¿A qué se dedica?
 Asesoramiento jurídico a los más necesitados.
 Entiendo. Continúe.

 Era maravilloso . lanzó un suspiro al recordar aquellos buenos tiempos. Las paredes de mi oficina se abombaron por la presión . Pero pronto las cartas dejaron paso a las llamadas telefónicas. Y las llamadas telefónicas pasaron a ser encuentros en bares para desayunar para hacer verdad la amistad. Sin embargo, mis amigos no querían una simple amistad, no querían dos almas hablando de ellas mismas, sino que intentaban ir más allá. Ya me entiende… Yo estoy casada y quiero a mi marido, somos muy felices. Para no romper su felicidad no le he contado que soy amiga de tantos hombres. Es muy celoso, me quiere demasiado y no lo entendería. Le juro por la salud de mi hijo que nunca le haría daño.

“Como comprenderá, la situación era de lo más incómoda. Muchos desengaños han perfilado mi vida. La gente me decepciona continuamente. Me sentía perdida y a punto de caer en una nueva depresión. Hombres que conocía, hombre que pensaba que sería mi amigo, hombre que se veía dominado por la pasión y se enamoraba perdidamente de mí. Llegué a pensar en acabar con todo… En hacer una tontería con mi vida… Todo esto no tenía sentido… Llegué a pensar en destruir las cartas y no volver a escribir nunca más… Imagine lo desesperada que estaba.

“Entonces entró Jess en mi vida. El camino fue el mismo que con los otros, pero más especial. De las cartas al teléfono, del teléfono a las citas. Pero él era diferente. Él me escuchaba y me miraba a los ojos. ¡Me miraba a los ojos! Por fin un hombre que no se interesaba solo en mi físico… Cada vez que nos veíamos nos abríamos un poco más. Ya me entiende… Podía hablar con él de todo, de mi familia, de mi trabajo, de mis conocidos… Me escuchaba, me entendía y no me juzgaba. Una alma gemela. Y no había presiones de ningún tipo. Era maravilloso. Y pasó lo que tenía que pasar… Al final nos enamoramos. Y al contrario de lo que dicen las novelas, el amor no trajo la felicidad. Él también estaba casado. Pero su matrimonio es un infierno, su mujer no le entiende y está planeando dejarla, pero no puede porque se siente obligado con ella porque le pago sus estudios y porque les une su hijo Paul, un niño maravilloso con el que también me escribo. Este niño ha sido una de las cosas más hermosas que me han pasado en la vida. Jess y yo nos enamoramos, pero nunca lo confesamos abiertamente. Respetamos a nuestras familias. Y nuestra amistad. Nos enamoramos como dos adolescentes. La misma timidez y confusión. La misma inocencia. El mismo rubor cuando nuestras manos se acariciaban sin buscarlo o nuestras miradas se cruzaban. No había ni un asomo de maldad en nosotros. Todo era inocencia, pureza y decencia. Se lo juro por la salud de mi hijo.

“Disculpe mis lágrimas, sr. Cooper. No puedo evitar emocionarme.

“Los miércoles era el día que nos encontrábamos. Íbamos a un bar y allí hablábamos durante horas de su vida y de la mía. Conectábamos tan bien… Era maravilloso tener un amigo como él. Hasta que llegó aquel miércoles. Era como cualquier otro. Yo nunca hubiera sospechado nada. Yo hablaba y hablaba y hablaba de mi vida, de mis esperanzas, de mis frustraciones, de mis sueños y de las concesiones que han construidos los eslabones que forman la cadena de mi vida. Él callaba. Tenía la mirada baja y no buscaba como en otras ocasiones mis ojos. Le pregunté qué pasaba. Me cogió una mano, me miró directamente a los ojos. ¡Qué mirada sr. Cooper! Abrió totalmente el alma. Me dijo todo lo que sentía y todo lo que yo tenía tanto miedo de oír. Fueron tan hermosas sus palabras, tan hermosas… Nunca un hombre se ha expresado igual… Si ha estado enamorado alguna vez entenderá lo que quiero decir… Confesó que estaba perdidamente enamorado de mí, que nunca había encontrado a una mujer como yo, que me amaba con todas sus fuerzas y que estaba dispuesto a renunciar a toda su vida, a su mujer, a su hijo, a su familia, solo para estar conmigo.

“Y me besó.

“No pasó nada más, sr. Cooper. Se lo juro por la salud de mi hijo. Soy una mujer casada y el respeto que siento hacia mi marido no lo supera nada en el mundo. Pero aquellas palabras me confundieron. Al día siguiente, la confusión seguía en mi interior. Y para poner en claro mis ideas escribí una carta que él no recibiría nunca donde ponía en claro todos mis sentimientos. Puse palabras que se dijeron y situaciones que se produjeron. Escribí los nombres, los lugares. Lo escribí todo. Una carta donde puse lo mejor de mi sensibilidad. Y esa es la carta que ha desaparecido y con la que esos monstruos juegan. Necesito su ayuda, sr. Cooper, necesito su ayuda como nunca he necesitado la ayuda de alguien que quisiera ayudarme y ayudar a alguien que necesita que le ayuden.

Acabó su monólogo entre sollozos. Su historia y sus lágrimas eran tan falsas como las promesas de virginidad de una pelirroja. Solo me creí la mitad de lo que había explicado. Quería aparecer ante mis ojos como una virtuosa esposa, amante y madre, pero yo estaba convencido que entre ese Jess y ella había habido algo más que suspiros y miradas. La imagen de un hombre manteniendo relaciones sexuales con alguien como Diane Tremayne, los muslos de ella abiertos, separar los pliegues de la carne para llegar… Eliminé la imagen de mi mente y me serví una copa. Si seguía relacionando el sexo y las mujeres con lo que tenía delante, mis gustos cambiarían y empezaría a frecuentar los lavabos de caballeros de la estación de tren. Y no quería acabar así. Me centré otra vez en ella, en la habitación y en lo que tenía que hacer. Si ella quería jugar a ser virtuosa no iba ser yo quien se lo impidiera. Un cliente es un cliente y su dinero es lo único que importa. Decidí aceptar el caso.

 De acuerdo. Haré lo que pueda. Le advierto que mis honorarios son elevados.
 No importa el precio.
 Déme trescientos. Cuanto necesite más la avisaré.

Abrió el bolso y me dio el dinero sin rechistar.

 Un par de preguntas más y dejo que se marche, señora Tremayne. ¿Cuándo notó la desaparición de la carta?
 Hace dos días.
 ¿Dónde la guardaba?
 En la mesa que tengo en la oficina. Tengo un cajón que siempre está cerrado con llave. Allí guardo las cartas o los objetos de valor que tengo en la oficina. Y allí guardé la carta.
­ A parte de usted, ¿quién más tiene acceso a la llave?
 Nadie más.
 ¿Cree que alguien de la oficina puede estar implicado?
 No, no lo creo. Comparto despacho con mi sobrino, pero él pertenece a otra empresa.
 ¿Empleados?
 Sí, dos. Christine Davis, mi ayudante. Y Anthony Lorre. Es abogado. Colabora conmigo, pero suele trabajar por libre. No creo que ellos tengan nada que ver. Me aprecian. No solo soy su jefa, soy su amiga.
 ¿Dónde tiene su oficina?
 En el edificio de la Benet Corporation.
 Entiendo. La mantendré informada.

Me levanté de mi silla y le señale la puerta con el cigarrillo dando por acabada la conversación. Ella pareció entenderlo. Se levantó, recogió el velo de mi mesa y se desplazo hacia la puerta. La abrió. Cuando estaba a punto de salir se giró y me lanzó una mirada.

 ¿Sr. Cooper?
 Dígame.
 Haga lo que pueda. Estoy asustada. Me asusto fácilmente. Soy muy sensible.
 Esté tranquila. Estás cosas acaban pronto y sin problemas.
 Estaba pensando… ¿No podría acompañarme a casa? Mi marido está de viaje de negocios y mi hijo está en casa de un amigo… No quiero estar sola… Tengo miedo… ¿Qué me dice?

Abrió la boca y dejó que una de sus manos vagará durante semanas por su pecho.

 Cómprese un perro. La mantendré informada.

Y salió de mi despacho moviendo sus caderas a ritmo de polca. Nunca había echado tanto de menos a Betty.

1 comentario:

Mara Oliver dijo...

jejeje, puntazos: que se escriba con el hijo también y ese momento "nunca he necesitado la ayuda de alguien que quisiera ayudarme y ayudar a alguien que necesita que le ayuden", jejeje, muy agarralo como puedas :)

en fin, aqui viene la amenaza, vale que me vaya a quedar a medias, pero espero al menos que me pongas el final en medio folio y no me dejes con la intriga XD ya te lo recordaré.

nighty-night :D